Todo surfista sabe que hay días en los que el mar se queda en calma. No importa lo mucho que revises el forecast, ni lo lejos que estés dispuesto a conducir: simplemente no hay olas, pero eso no significa que no haya surf. De hecho, estos momentos de pausa pueden convertirse en una oportunidad para reconectar con uno mismo, mejorar como surfista fuera del agua y recargar energías de formas diversas. Lo importante es no perder el vínculo con el mar, aunque no se pueda remar.

Pasar tiempo sin olas puede resultar frustrante al principio, especialmente si se esperaba esa sesión perfecta o si se lleva tiempo sin surfear. Sin embargo, la clave está en cambiar la perspectiva. En vez de ver la calma como una interrupción, puede verse como parte natural del ciclo del surf, igual que las mareas suben y bajan.

En este artículo presentamos varias formas de aprovechar esos días en los que el mar descansa, con actividades que potencian el rendimiento físico y mental u otras maneras de disfrutar de la cultura del surf más allá de la tabla, porque cuando no hay olas, también se puede crecer, disfrutar y prepararse mejor para la siguiente serie.

Entrenamiento fuera del agua – Mantenerse en forma

Uno de los mejores usos del tiempo cuando no hay olas es entrenar. El surf exige resistencia, fuerza, flexibilidad y equilibrio, por lo que dedicar tiempo a trabajar estos aspectos fuera del agua ayudará a rendir mejor en cada sesión. Además, el cuerpo agradece la preparación específica: menos lesiones, más movilidad y mejor capacidad para remar, girar y mantener el control en condiciones difíciles.

Existen muchas disciplinas que se complementan perfectamente con el surf. El entrenamiento funcional es adecuado para simular los movimientos que haces en el agua. Las rutinas con el propio peso corporal como el entreno con TRX, el trabajo de core y los ejercicios de equilibrio con fitballs o tablas de equilibrio son excelentes opciones. También se pueden incluir sesiones de natación o correr en la arena para mejorar la resistencia cardiovascular.

Lectura surfista – Libros, revistas y palabras saladas

Cuando el mar se queda plano, una buena forma de seguir surfeando es a través de las páginas. Leer sobre surf no solo entretiene, también inspira, enseña y conecta. Hay libros de surf que narran viajes increíbles, biografías de leyendas del surf, ensayos filosóficos sobre la relación con el mar y manuales técnicos que ayudan a mejorar desde la teoría. La lectura es el compañero perfecto para esos momentos de calma.

Además de libros, se pueden explorar revistas especializadas, blogs como este, entrevistas o newsletters de surf. Muchas publicaciones reúnen historias, fotografías y análisis de spots, lo que permite estar al día con lo que ocurre en la comunidad surfista mundial. Incluso se puede aprovechar para descubrir nuevos autores o textos que no se había tenido tiempo de leer cuando las olas mandaban la rutina. Libros como Saltwater Buddha, Barbarian Days o Kook no solo hablan de olas: hablan de vida, miedos, crecimiento y pasión.

Cuidado del equipo – Tablas, neoprenos y detalles olvidados

Los días sin olas son perfectos para revisar el equipo, debido a que muchas veces, en medio de la emoción de una sesión o tras varias semanas intensas de surf, se descuidan pequeños detalles que afectan al rendimiento. Una revisión a fondo del quiver de tablas, así como de inventos, quillas y neoprenos puede ser importante de cara a la próxima vez que se entre al agua.

En primer lugar, hay que comprobar las tablas, revisando que no tengan golpes, delaminaciones o entradas de agua. Tras limpiarlas bien, hay que cambiar la cera si ya está sucia o vieja, y asegurarse de que las quillas estén firmes y en buen estado. Si se usan diferentes tablas, se puede aprovechar para ajustar las quillas, probar configuraciones nuevas o simplemente dejarlas listas para distintas condiciones. Por otro lado, el neopreno también merece cariño, por lo que enjuagarlo con agua dulce, secarlo a la sombra y revisar costuras o roturas es vital. Un neopreno bien cuidado dura más y protege mejor.

Explorar nuevos spots – Viajes, rutas y localizaciones

Aunque no haya olas donde se está, eso no significa que no existan en otra parte. Por tanto, aprovechar los días planos para explorar nuevos spots, rutas costeras o playas que no se suelen visitar puede ser interesante. A veces basta con conducir una hora en una dirección distinta para encontrar una sorpresa: un beach break escondido, un point que funciona con marea alta o una cala perfecta para futuras sesiones.

Además de buscar nuevas olas, se puede usar este tiempo para investigar, mirando mapas, consultando previsiones, leyendo foros o preguntando a otros surfistas sobre lugares interesantes. En general, llevar una libreta con notas sobre mareas, vientos y condiciones de distintos spots es una herramienta muy útil.

Crear y compartir – Arte, fotografía y comunidad surfista

Cuando el mar se toma un descanso, la creatividad puede ocupar su lugar. Muchos surfistas también son artistas, fotógrafos, cineastas, escritores o músicos. Por tanto, hay que aprovechar estos días para crear contenido relacionado con el surf, como una forma poderosa de seguir en contacto con las olas desde otra dimensión. Se puede dibujar, editar fotos, escribir sobre sesiones o incluso grabar vídeos para redes sociales o blogs personales.

Si se tienen habilidades con la cámara, este es un buen momento para capturar paisajes costeros, sesiones de otros surfistas o simplemente detalles que habitualmente pasan desapercibidos. Además, participar en proyectos colectivos, colaborar con otras personas o simplemente compartir nuestra visión en redes o plataformas digitales conecta con surfistas de todo el mundo. El surf no es solo una actividad individual, también es una cultura, una red de personas que aman el mar.