En el surf, llegar al pico, ese lugar desde donde se toman las mejores olas, es el primer gran objetivo al entrar al mar. Para lograrlo, no basta con remar con fuerza, debido a que es necesario enfrentar la rompiente de manera técnica y estratégica. En este contexto es donde entra en juego una maniobra fundamental: el pato o duck dive. Esta técnica permite al surfista sumergirse bajo una ola antes de que rompa o mientras lo hace, evitando ser empujado hacia atrás.

Aunque puede parecer una acción simple, hacer el pato correctamente requiere coordinación, precisión y práctica. Se trata de un gesto técnico que, cuando se domina, marca la diferencia entre una entrada eficiente y una agotadora lucha contra las olas. Además, es esencial para surfistas que usan tablas cortas o medianas, ya que les permite mantener el control, proteger la tabla y ahorrar energía en el proceso.

En este artículo te enseñaremos a hacer el pato en 5 pasos claros y prácticos, con explicaciones detalladas para que puedas incorporar esta maniobra a tu rutina en el agua. También revisaremos errores comunes y consejos útiles para mejorar la ejecución, adaptándola según el tipo de tabla y las condiciones del mar.

Paso 1: Anticipación y lectura de la ola

El primer paso para hacer el pato correctamente no ocurre bajo el agua, sino antes de que la ola llegue. Se trata de leer el mar y anticiparse al momento justo en que se debe ejecutar la maniobra. Para ello hay que identificar si la ola ya rompió, está por romper o sigue en forma de pared para decidir cómo y cuándo sumergirse. Esta lectura ayudará a calcular la distancia y el momento en el que se debe iniciar el movimiento.

Una vez identificada la ola, se debe mantener una posición firme y centrada sobre la tabla. No se debe interrumpir la remada de golpe; en lugar de eso, se realiza una transición fluida entre remar y preparar el cuerpo para el pato. Si se hace demasiado pronto, se volverá a la superficie antes de que la ola haya pasado. Si se hace tarde, se recibirá el impacto de lleno. El timing es fundamental, y, lo ideal es sumergirse cuando la ola está a unos dos o tres metros de distancia.

Paso 2: Hundir el nose con fuerza y decisión

Una vez tomada la decisión de hacer el pato, se debe actuar con rapidez y determinación. El segundo paso consiste en empujar hacia abajo la parte delantera de la tabla, es decir, el nose, usando ambas manos. Este gesto debe ser enérgico y dirigido hacia el fondo del mar, no solo hacia abajo, sino también ligeramente hacia adelante, para generar un ángulo efectivo de inmersión.

Para ello hay que colocar las manos en los raíles delanteros de la tabla, cerca del nose pero sin llegar a los extremos. Con un impulso firme, se utiliza el peso del torso y la fuerza de los brazos para hundir el nose lo más profundo posible. Este movimiento es la clave para atravesar la masa de agua con el menor impacto. Cuanto más profundo se hunda el nose, más suave será el paso por debajo de la ola y menor será la resistencia. Por ello, hay que evitar hacerlo con poca convicción o de manera superficial, siendo mejor aprender a generar fuerza en este gesto desde el inicio, incluso si al principio se pierde estabilidad.

Paso 3: Hundir el tail con rodilla o pie

Una vez que el nose de la tabla está bien hundido, llega el momento de sumergir la parte trasera o tail. Este tercer paso completa el ángulo de inmersión y asegura que la tabla quede paralela al fondo marino, permitiendo que la ola pase por encima. Para ello, se utiliza la rodilla trasera o la parte superior del pie, aplicando presión hacia abajo sobre el tail mientras el cuerpo sigue la dirección de la tabla.

La elección entre usar la rodilla o el pie depende del nivel y la preferencia personal. La rodilla proporciona mayor control y estabilidad para quienes están comenzando. En cambio, los surfistas más experimentados a menudo usan el pie trasero como palanca para generar un movimiento más ágil. Lo importante es aplicar esta presión justo después de haber hundido el nose, para que el cuerpo y la tabla entren al mismo tiempo en una trayectoria subacuática limpia. Además, se debe mantener el cuerpo estirado y alineado con la tabla mientras se hace esto. El pecho debe estar cerca del deck, y la cabeza mirando ligeramente hacia el frente, evitando arquear demasiado la espalda o girar los hombros, ya que eso romperá la línea de inmersión y generará resistencia.

Paso 4: Pasar bajo la ola y mantener la línea

A continuación, con el nose y el tail correctamente sumergidos, el cuerpo y la tabla estarán alineados bajo el agua, listos para atravesar la ola de forma eficiente. Este cuarto paso consiste en mantener esa línea de inmersión, sin moverse bruscamente ni luchar contra la ola. La clave está en dejar que la energía de la ola pase por encima mientras se sigue la trayectoria que se marcó con la inmersión. Este es el momento en el que se debe tener más control mental y físico.

Durante el paso bajo la ola, es importante mantener el cuerpo relajado pero firme. No hay que luchar contra el agua, simplemente acompañar el flujo. De esta manera, mantener el pecho bajo, la cabeza en línea y las piernas extendidas es básico. Este momento dura apenas un par de segundos, pero es importante para conservar el equilibrio y evitar salir desviado o arrastrado. También es el momento para aguantar la respiración de forma controlada. La presión de la ola puede ser intensa, especialmente si se está en un mar grande, pero si se ejecuta bien los pasos previos, el impacto será mínimo.

Paso 5: Emerger correctamente y seguir remando

Cuando se siente que la ola ya ha pasado, llega el momento de volver a la superficie. Este quinto y último paso es tan importante como los anteriores, no teniendo que apresurarse, ya que si se sale demasiado pronto, es posible chocar con turbulencias residuales, y, si se tarda demasiado, se perderá tiempo y energía. La mejor estrategia es dejar que la tabla flote sola hacia arriba y acompañar ese movimiento de forma natural, sin forzar.

Para ello, hay que soltar lentamente la presión sobre el tail y permitir que el nose se eleve. A medida que se recupera la posición horizontal, se vuelve a colocar el pecho sobre la tabla y se preparan los brazos para seguir remando. No hay que quedarse inmóvil después de salir, y, una vez en la superficie, retomar el ritmo de remada cuanto antes para ganar distancia y seguir avanzando hacia el pico. Además, es recomendable girar la cabeza rápidamente para ver la siguiente ola. A veces las olas vienen en series, y salir del pato con anticipación permitirá prepararse para el próximo. Con práctica, se lograrán encadenar varios patos seguidos de forma fluida, manteniendo el control y avanzando con eficiencia.