En el mundo del surf, elegir la tabla correcta puede marcar la diferencia entre una experiencia fluida y divertida o una sesión frustrante. No todas las tablas sirven para todo tipo de olas, ni para todos los niveles de surfistas. Factores como el tamaño, la forma, el volumen y el diseño de la tabla influyen directamente en cómo se comporta en el agua y cómo se adapta al estilo de quien la monta. Por eso, entender los diferentes tipos de tablas es fundamental para progresar con confianza.

Cada tabla tiene su propósito, ya que algunas son adecuada para aprender, otras para maniobrar con precisión en olas potentes, y otras para fluir suavemente sobre olas largas y lentas. Además, hay diseños híbridos que ofrecen lo mejor de varios mundos. Esta diversidad responde a la evolución del surf y a la necesidad de adaptarse a diferentes condiciones de mar, estilos personales y niveles de experiencia. Una buena elección mejora la remada, facilita el take off y permite aprovechar mejor cada ola.

En esta guía exploraremos los principales tipos de tablas de surf: sus características, ventajas y para quién están recomendadas. Si estás empezando, quieres cambiar de tabla o simplemente conocer más sobre lo que hay bajo tus pies, este recorrido te ayudará a encontrar el modelo que mejor se adapta a ti.

Shortboard – Maniobrabilidad y potencia en olas rápidas

La shortboard es el tipo de tabla más popular entre surfistas experimentados y profesionales. Su diseño es corto, delgado y con un rocker marcado, lo que permite realizar maniobras rápidas, giros cerrados y aprovechar la parte más vertical de la ola. Suelen medir entre 5’6” y 6’6”, con poco volumen, lo que las hace ágiles pero también exigentes en cuanto a técnica y forma física.

Este tipo de tabla no está pensado para principiantes, ya que su bajo volumen la hace menos estable, ofrece poca flotabilidad y requiere remadas potentes para coger velocidad. Sin embargo, una vez dominada, la shortboard ofrece un alto rendimiento en olas medianas a grandes, especialmente cuando son rápidas, huecas o tienen fuerza. Se trata de la tabla preferida para tubos, aéreos, snaps y otras maniobras que demandan precisión y control sobre la línea de la ola. Los surfistas que buscan progresar en maniobras técnicas y surf de alto rendimiento suelen dar el paso a la shortboard después de haber adquirido una base sólida con tablas más estables.

Longboard – Estilo clásico y fluidez sobre la ola

El longboard es el clásico entre los clásicos, con una longitud superior a los 9 pies. Esta tabla ofrece gran estabilidad, flotación y una remada cómoda, lo que la convierte en una excelente opción tanto para principiantes como para surfistas que disfrutan de un estilo más relajado y elegante. Su gran volumen permite coger olas con facilidad y mantenerse de pie con menos esfuerzo, incluso en olas pequeñas o con poca fuerza.

El diseño del longboard está pensado para deslizarse con suavidad sobre la ola, recorriendo líneas amplias y fluidas. Esta tabla permite realizar maniobras tradicionales como el cross-step o el noseriding, en las que el surfista camina hacia la punta de la tabla. Si bien no es la tabla más ágil para maniobras radicales, su comportamiento noble y predecible la hace cómodo para quienes buscan disfrutar del surf sin prisas, conectando con el mar desde un enfoque más clásico y estilizado. Además, el longboard es una tabla versátil para días con olas pequeñas o condiciones suaves. Muchos surfistas avanzados tienen uno en su quiver para esas sesiones en las que la diversión no depende de la fuerza del mar, sino del flow.

Fish y tablas híbridas – Velocidad y diversión para todos los niveles

La fish es una tabla más corta y ancha que una shortboard, con una cola en forma de “cola de pez” que le da su nombre. Este diseño le otorga velocidad y maniobrabilidad incluso en olas pequeñas o medianas. Su volumen extra la hace más estable y fácil de remar que una short tradicional, por lo que es una opción excelente para surfistas intermedios que quieren transicionar hacia maniobras más técnicas sin perder comodidad.

Por otro lado, las tablas híbridas combinan características de distintas categorías. Estas pueden tener el largo de una funboard, la anchura de una fish y la curva de una shortboard. Este tipo de tabla está pensada para surfistas que buscan versatilidad, ya sea para diferentes tipos de olas o para adaptarse a su evolución en el deporte. Las híbridas permiten experimentar, progresar y ajustar el estilo sin necesidad de cambiar completamente de tabla. Ambas opciones, fish e híbridas, son adecuadas para quienes quieren mantener un equilibrio entre estabilidad y rendimiento.

Funboards y softboards – Aprender y evolucionar

Las funboards, también conocidas como mini malibus, son una excelente opción para quienes están aprendiendo o quieren una tabla cómoda y polivalente. Estas tablas tienen una longitud que va entre los 6’6” y los 8’, ofreciendo una buena combinación entre estabilidad, flotación y maniobrabilidad. Su forma permite remar con facilidad y ponerse de pie con más seguridad, pero también realizar maniobras sencillas en olas suaves. Por ello, es la tabla total para evolucionar desde el aprendizaje hacia un estilo más dinámico.

Los softboards o tablas de espuma, por su parte, están pensadas para quienes dan sus primeras sesiones. Estas tablas suelen tener una capa exterior blanda que reduce el riesgo de golpes o lesiones, así como un volumen generoso que facilita la remada y la flotación. Estas tablas no solo son más seguras, sino que también ofrecen diversión inmediata, permitiendo coger olas desde el primer día. Se trata de las tablas utilizadas en escuelas de surf y entre surfistas recreativos. Ambos tipos de tabla son fundamentales en las primeras etapas del surf, pero también pueden seguir siendo útiles para sesiones relajadas o días con condiciones complicadas. Incluso muchos surfistas avanzados las utilizan cuando quieren simplemente divertirse sin presión.