Surfear un tubo es una de las experiencias más intensas, deseadas y difíciles dentro del mundo del surf. Entrar en ese espacio hueco, rodeado de agua, y lograr salir limpio es una combinación de técnica, intuición y valentía. Sin embargo, antes de alcanzar ese momento perfecto, muchos surfistas cometen errores que pueden convertir el sueño del tubo en una caída estrepitosa. Estos fallos son parte del proceso de aprendizaje y, en muchos casos, completamente evitables con la preparación adecuada.
El tubo exige mucho más que otras maniobras. No basta con tener buena remada o equilibrio, ya que hay que entender la ola, anticiparse a su comportamiento y adoptar una postura corporal específica. Cualquier detalle fuera de lugar, desde una mala entrada hasta una línea mal trazada, puede hacer que el tubo se cierre antes de disfrutarlo. Por eso, estudiar los errores más comunes y cómo corregirlos es una herramienta fundamental para evolucionar.

En este artículo, exploraremos cinco de los errores más frecuentes al intentar hacer un tubo. En cada uno de estos errores, analizaremos por qué ocurre el error, qué consecuencias tiene y cómo evitarlo. La meta no es solo mejorar la técnica, sino también acercarse a ese momento mágico en el que todo se alinea y se logra entrar dentro de la ola.
Mal posicionamiento en el take off
Uno de los errores más comunes al intentar surfear un tubo es realizar el take off en el lugar equivocado. En las olas tubulares, la zona de despegue suele ser muy específica: demasiado lejos del pico y estamos fuera de la sección hueca; demasiado dentro y estaremos engullido por el labio. Un buen tubo empieza con un posicionamiento exacto que requiere observar bien la ola, identificar su punto de quiebre y remar con decisión.
Muchas veces, el error se debe a la impaciencia o al miedo. Surfistas que se colocan demasiado al hombro para evitar la parte más crítica de la ola terminan perdiendo la oportunidad de entrar en el tubo. Otros, en cambio, se lanzan demasiado al inside sin leer bien la pared, lo que les lleva a caídas peligrosas o a quedar atrapados bajo el agua. Para evitar este fallo, es fundamental leer el parte de olas, observar desde fuera del agua y remar desde una posición que permita tener velocidad y control en el take off.
Remada débil o tardía
Una remada insuficiente o mal sincronizada es otro error que suele impedir que el surfista entre en el tubo. A diferencia de otras olas donde se puede recuperar velocidad una vez que se está de pie, en un tubo no hay margen para correcciones. Si no se entra dentro con la velocidad adecuada, no se alcanzará el pocket y la ola se dejará atrás. En el mejor de los casos, estaremos fuera del cilindro; en el peor, seremos lanzado hacia delante por el labio.
El fallo suele ocurrir por falta de compromiso o por una lectura incorrecta del timing. Algunos surfistas reman con dudas, temiendo la fuerza de la ola, y eso les impide entrar con la fuerza necesaria. Otros simplemente subestiman lo que requiere una ola tubular y no preparan su remada con antelación. Para evitarlo, hay que trabajar en la condición física y técnica de remada, buscando mejorar la explosividad y la resistencia.
Postura incorrecta dentro del tubo
Una vez dentro del tubo, mantener la postura adecuada es básico para avanzar y completar la maniobra con éxito. Muchos surfistas cometen el error de ponerse demasiado erguidos o tensos, lo que aumenta la resistencia al agua y reduce el control sobre la tabla. Otros se agachan en exceso, perdiendo visibilidad y equilibrio. El secreto está en encontrar una postura compacta, fluida y adaptada a la velocidad de la ola y la forma del tubo.
Una posición demasiado vertical suele llevar a desestabilizarse, ya que el techo del tubo está muy cerca y cualquier movimiento brusco puede provocar una caída. Por el contrario, si se surfea demasiado encogido, se corre el riesgo de desviar el peso y perder velocidad. Para mejorar, se puede practicar la postura en tierra firme y en olas más pequeñas antes de enfrentarse a tubos más exigentes. Mantener las rodillas flexionadas, el cuerpo relajado, el pecho bajo y los brazos equilibrados es vital. Si el tubo es muy bajo, se deberían inclinar ligeramente los hombros hacia adelante sin colapsar el centro de gravedad. En tubos más altos, se puede incluso levantar un poco la mirada, pero siempre siguiendo la línea de salida.
Elegir la línea equivocada
Uno de los errores más sutiles pero determinantes al intentar un tubo es trazar una línea inadecuada dentro de la ola. Muchos surfistas, una vez dentro del tubo, toman una línea demasiado alta o demasiado baja, lo que les impide avanzar con fluidez hacia la salida. Trazar una línea alta puede dejarte colgado cuando la ola se cierra, y, una línea baja puede ralentizarte y hacer que la espuma te atrape.
Este error se origina, en muchos casos, por falta de lectura de la ola. Cada tubo tiene una forma distinta dentro de la misma sesión de olas, ya que, hay secciones que se aceleran, otras que se alargan y otras que se cierran de golpe. Si el surfista no es capaz de adaptarse a estos cambios, trazará una línea genérica que no encaja con el ritmo de la ola. Para corregir este problema, ver vídeos, analizar a otros surfistas y revisar las propias sesiones ayudará a desarrollar una mejor lectura.
Salir tarde o no salir del tubo
Uno de los momentos más críticos al surfear un tubo es la salida. Muchos surfistas, luego de lograr entrar y mantenerse dentro del cilindro, cometen el error de esperar demasiado o no anticipar la salida, quedando atrapados por el labio al final. Aunque puede parecer que lo más difícil ya pasó al estar dentro, en realidad el cierre exige tanto o más control que la entrada. Un segundo de más puede ser la diferencia entre salir glorioso o ser engullido.
Este error suele deberse a la fascinación por estar dentro del tubo. La experiencia es tan intensa que algunos se dejan llevar y olvidan que el objetivo es salir limpio. Otros, por el contrario, dudan de su velocidad o se acomodan demasiado, perdiendo el impulso necesario. Para evitarlo, hay que mantener siempre la vista fija en la salida del tubo, usando la visión periférica para leer si la ola va a cerrar o si se tiene espacio para maniobrar.