Remar bien en el surf no solo es importante, es esencial, pero, muchos surfistas subestiman esta parte fundamental del deporte. Nos obsesionamos con el take off, con las maniobras o con elegir la tabla perfecta, pero olvidamos que la mayoría del tiempo en el agua lo pasamos remando. La remada no solo nos permite movernos por el pico, sino también posicionarnos, escapar de las series, entrar a las olas con precisión y ahorrar energía en el proceso. Sin una buena remada, incluso el mejor surfista parecerá novato.
Muchos de los problemas que tienen los surfistas intermedios o principiantes no tienen que ver con su habilidad para pararse en la tabla, sino con su incapacidad para estar en el sitio correcto en el momento justo. ¿Te cuesta coger olas? ¿Te quedas siempre corto? ¿Sientes que te fatigas muy rápido? En este contexto es probable que la raíz del problema esté en cómo remas. Y lo mejor: mejorar tu remada no depende del mar ni de la tabla, sino de ti, ya que con práctica y conciencia, es posible corregir los errores más comunes y sentir un cambio real en poco tiempo.

Este artículo está pensado para ayudarte a identificar esos fallos que muchos cometen sin darse cuenta. Para ello, hablaremos de la posición sobre la tabla, el uso del cuerpo y la mirada, o la falta de ritmo, debido a que cada detalle cuenta cuando hablamos de remar bien. No se trata de ser el más fuerte, sino de remar con técnica, ritmo y eficiencia.
Mala posición sobre la tabla
Uno de los errores más comunes al remar en el surf es la mala colocación sobre la tabla. Muchos principiantes tienden a colocarse demasiado adelante o demasiado atrás, lo que afecta directamente a la velocidad, el equilibrio y la capacidad de deslizarse con fluidez por el agua. Si estás demasiado adelante, es probable que la punta de la tabla se hunda; si estás demasiado atrás, la cola se frena y pierdes inercia. En ambos casos, remar se vuelve ineficaz y agotador.
La clave está en encontrar el punto dulce de flotación. Una buena forma de saber si estás en la posición correcta es fijarte si la punta de la tabla está apenas fuera del agua, sin clavarse ni elevarse demasiado. También es importante mantener el cuerpo centrado, sin dejar que el pecho o la cabeza sobresalgan a un lado. Un cuerpo alineado permite que la tabla avance recta y rápida, aprovechando cada remada sin resistencia innecesaria.
Brazos rectos y remada sin tracción
Otro error habitual en la remada es extender demasiado los brazos o realizar movimientos sin profundidad ni dirección. Muchos surfistas novatos empujan el agua hacia abajo o la agitan superficialmente, sin generar verdadera propulsión hacia adelante. Esto no solo es ineficaz, sino que también puede causar fatiga prematura, ya que estás usando energía sin obtener resultados reales en velocidad ni distancia recorrida.
La técnica más adecuada consiste en realizar una remada profunda, con el brazo curvado, entrando la mano al agua en línea recta con el hombro y empujando con fuerza hacia atrás, no hacia abajo. El codo debe mantenerse ligeramente flexionado durante el movimiento, permitiendo que el antebrazo y la mano formen una paleta natural que atrape el agua. Por tanto, es preferible una remada larga y potente que muchas cortas y desordenadas, ya que la calidad del movimiento es más importante que la cantidad. Para corregir este error, se puede practicar en seco simulando la remada sobre una tabla en el suelo o usando gomas elásticas que imiten la resistencia del agua.
Cabeza baja y mirada errática
La posición de la cabeza influye enormemente en tu remada, aunque muchos surfistas no lo notan. Un error frecuente es mirar hacia abajo, lo que genera una curvatura en la columna y desplaza el peso del cuerpo hacia adelante. Esta postura desequilibra la tabla, hace que se hunda la punta y genera fricción con el agua, ralentizando la velocidad y dificultando la fluidez. Además, mirar hacia abajo desconecta del entorno, lo que puede llevar a perder olas o entrar mal posicionado.
Mantener la cabeza alta y la mirada al frente no solo mejora tu alineación corporal, sino que también ayuda a anticipar lo que ocurre a tu alrededor, ya sean otras tablas, series de olas, o cambios en la corriente. Al elevar ligeramente el mentón y mirar al horizonte, la parte superior del cuerpo se estabiliza, el pecho se abre y la columna se alinea, lo que permite una remada más efectiva y equilibrada.
Falta de ritmo y coordinación
La remada debe parecerse más a una danza continua que a una serie de impulsos desordenados. Muchos surfistas, especialmente cuando están nerviosos o bajo presión, pierden el ritmo de remada, alternan brazos sin control o empujan de forma descoordinada. Esto genera desequilibrio, desperdicia energía y te hace menos eficiente. Un buen ritmo, en cambio, crea cadencia, velocidad constante y menor esfuerzo muscular.
El secreto está en la coordinación entre brazos, cuerpo y respiración. Idealmente, cada remada debe ser regular, con una alternancia fluida entre un brazo y otro, y acompañada de una respiración constante y relajada. Al mantener un ritmo parejo, no solo te mueves más eficientemente, sino que también reduces la posibilidad de tensiones o lesiones. Además, el cuerpo entra en un estado de flow que permite conservar energía y enfocarse en lo que ocurre en el mar.
Usar solo los brazos (y olvidar el resto del cuerpo)
Uno de los errores más extendidos entre surfistas es pensar que remar es una cuestión únicamente de brazos. Al limitar el movimiento a los músculos de los hombros y bíceps, se desperdicia el potencial del resto del cuerpo, especialmente del core y la espalda. Esta estrategia, además de ineficaz, suele provocar cansancio rápido, dolores musculares y, con el tiempo, lesiones por sobreuso. Remar solo con los brazos es como correr usando solo las piernas sin involucrar el tronco.
Una remada eficiente nace desde el centro del cuerpo. Los músculos dorsales, abdominales y lumbares ayudan a estabilizar y dar potencia al movimiento, mientras que las piernas juegan un papel clave en el equilibrio. Al activar el core y mantener el cuerpo firme y alineado, se reduce el esfuerzo de los brazos y se distribuye mejor la carga física. Esto no solo mejora la velocidad, sino también la resistencia en sesiones largas. Para activar el cuerpo completo en la remada, hay que comenzar por ser consciente de la postura. De igual forma, tal y como vemos en el entrenamiento en el gimnasio orientado al surf, ejercicios como planchas, dominadas y natación ayudan a fortalecer esta musculatura central. Incorporar esta conciencia corporal a la técnica transformará tu remada: más fluida, más rápida y menos agotadora.