En el apasionante y dinámico mundo del surf, tener una sola tabla puede parecer suficiente al principio, pero a medida que se avanza, y se observa que cada ola, cada condición de mar e incluso cada etapa de la evolución es distinta, se puede requerir una tabla diferente. En este punto es donde entra en juego el concepto de quiver de surf, es decir, una colección de tablas pensada para adaptarse a distintas situaciones y estilos. Tener un quiver no es un lujo, sino una herramienta para surfear mejor, más tiempo y con más variedad.

El término “quiver” viene del inglés, y, originalmente hace referencia al carcaj donde se guardan las flechas. En el surf, se ha adaptado para describir el conjunto de tablas que un surfista tiene para distintas condiciones. No se trata de acumular por acumular, sino de construir una selección inteligente que cubra todas las necesidades en el agua, desde tablas para olas pequeñas hasta modelos para días grandes o maniobras técnicas.

En este artículo, vamos a explorar qué es exactamente un quiver, por qué es útil tener uno, qué tipos de tablas suelen incluirse y cómo armar uno sin caer en el exceso. Para ello, hablaremos de cómo el quiver debe adaptarse a cada nivel, al entorno habitual de surf y al estilo personal.

¿Qué es un quiver de surf y para qué sirve?

Un quiver de surf es el conjunto de tablas de surf que tiene un surfista para adaptarse a distintas condiciones del mar, estilos de ola, y fases de su evolución personal. No es algo exclusivo de los profesionales: cualquier surfista que practique con cierta frecuencia puede beneficiarse de tener más de una tabla. Un quiver bien elegido permite estar preparado para surfear más días al año y en mayor variedad de spots, lo que se traduce en más diversión, más progreso y menos frustración.

El propósito de un quiver es claro, ya que cada tabla está diseñada para responder mejor en un tipo específico de ola. Por ejemplo, un longboard permite surfear olas pequeñas y planas, mientras que una shortboard es adecuado para olas rápidas y maniobras radicales. Si solo se tiene una tabla, se está limitado a un rango específico de condiciones. En cambio, con un quiver básico es posible elegir la tabla que mejor se adapte a las condiciones del día.

Además, un quiver también sirve para acompañar el progreso. Al principio, se necesita una tabla estable y con volumen; más adelante, se querrá una más técnica que permita mejorar maniobras. Incluso puede incluir tablas de foam para días relajados o para compartir con amigos que están aprendiendo.

Tipos de tablas que debe incluir un buen quiver

Un quiver no tiene un número fijo de tablas, pero suele incluir modelos con características distintas para cubrir un rango amplio de condiciones. La primera tabla en casi cualquier quiver es la all round o tabla versátil. De esta manera, puede ser una funboard, un mini malibu o una softboard, según el nivel. Estas son tablas que funcionan bien en muchas situaciones y son perfectas para cuando las condiciones son variables o si se quiere una sesión sin complicaciones.

Luego está el longboard, una tabla larga y estable perfecta para olas pequeñas o días con poco mar. Se trata de una opción adecuada para surfear con estilo relajado, trabajar el equilibrio y alargar las sesiones. En el otro extremo del quiver suele estar la shortboard, diseñada para olas rápidas y maniobras agresivas. Se trata de una tabla más técnica, pero imprescindible si se quiere evolucionar hacia un surf más radical. Entre ambas, se puede incluir una fish o una híbrida para días intermedios, cuando el mar está divertido pero no épico.

Ventajas de tener un quiver adaptado a ti

La principal ventaja de tener un quiver es la versatilidad. En lugar de depender de una sola tabla que funcione “más o menos” en todas las condiciones, se puede elegir exactamente la que se adapta mejor al día. Esto significa que se surfean más olas, con más facilidad y estilo. Incluso cuando las condiciones no son perfectas, se puede disfrutar de una sesión divertida si se elige la tabla adecuada.

Otra gran ventaja es que un quiver ayuda a progresar más rápido. A medida que se mejora la técnica, se pueden usar tablas más desafiantes para trabajar maniobras específicas o probar nuevos estilos. También se puede volver a una tabla más estable cuando haya que enfocarse en la fluidez o simplemente disfrutar sin presión. Este enfoque flexible permite desarrollar un surf más completo y adaptarse a cualquier ola que se presente, desde beach breaks suaves hasta reef breaks exigentes.

Además, tener un quiver bien pensado da libertad creativa. Por tanto, es posible experimentar, combinar sensaciones y descubrir nuevas formas de conectar con el mar. No hay que estar limitado a una sola experiencia de surfing, sino que se puede explorar desde el flow de un longboard hasta la agresividad de una tabla corta. Cada tabla ofrece una forma distinta de leer la ola, y con un quiver, las posibilidades se multiplican.

¿Cómo empezar a construir un quiver sin complicarse?

En consecuencia, construir un quiver no significa comprar cinco tablas de golpe. Lo mejor es empezar poco a poco, con una estrategia clara basada en las necesidades, el nivel y la frecuencia de surf. Si ya se tiene una tabla, hay que preguntarse: ¿Qué condiciones no se pueden surfear con ella? En este sentido, tal vez es demasiado corta para olas pequeñas o demasiado lenta para olas rápidas. En este punto hay que detectar ese hueco para elegir la próxima tabla y empezar a diversificar el quiver.

La segunda tabla de un quiver debe complementar la primera. Si se tiene una shortboard, añadir un funboard o una fish puede abrir el surf a días de olas más suaves. Si se tiene una tabla larga y voluminosa, puede ser interesante una más corta y ágil para trabajar maniobras. El objetivo es cubrir diferentes tipos de ola y estilos sin repetir funciones. A veces, con solo dos o tres tablas bien elegidas se puede surfear durante todo el año sin echar nada en falta.

Por último, hay que tener en cuenta otras realidades, es decir, presupuesto, espacio para guardar las tablas y spots habituales. No se necesita un quiver enorme para disfrutar del surf, ya que, con una colección reducida pero inteligente, se puede aprovechar mejor cada sesión y evolucionar como surfista sin complicaciones. Lo importante es que cada tabla tenga un propósito claro dentro del quiver. Y recuerda: más que una colección, es una herramienta para vivir el surf de forma más completa y divertida.